Las pastillas de freno de la moto son uno de los componentes más importantes del sistema de frenado ya que funcionan generando fricción contra el disco de freno ayudando a que la moto se detenga o a reducir la velocidad. Ahora bien, justamente por esto es por lo que con el tiempo acaban desgastándose, y es fundamental revisarlas y saber cuándo hay que cambiarlas para mantener la seguridad activa de la moto, puesto que un buen frenado es fundamental para evitar accidentes. En este artículo te explicamos todo lo que necesitas saber sobre cambiar las pastillas de freno de la moto. ¡Vamos a ello!

¿Qué son las pastillas de freno y cómo funcionan?

Las pastillas de freno de una moto son un componente esencial del sistema de frenado. Están ubicadas dentro de las pinzas de freno y son las encargadas de generar la fricción necesaria para detener la moto. Cuando el conductor acciona la maneta o el pedal de freno, el sistema hidráulico empuja los pistones de la pinza, que a su vez presionan las pastillas contra el disco de freno que gira solidariamente con la rueda. Esta fricción entre las pastillas y el disco convierte la energía cinética del vehículo en calor, lo que reduce progresivamente la velocidad de la moto hasta detenerla. Las pastillas están fabricadas con materiales de alta resistencia térmica y de fricción, como compuestos orgánicos, metálicos o sinterizados, según el tipo de uso (urbano, deportivo, off-road, etc.).

Cómo saber cuándo cambiar las pastillas de freno de la moto

Con el tiempo, las pastillas se desgastan y su capacidad de frenado disminuye, por lo que es fundamental revisarlas periódicamente y cambiarlas cuando alcancen su límite de uso. Ahora bien, ¿en qué debemos de fijarnos? Hay varios signos que indican que las pastillas están desgastadas o cerca del final de su vida útil.

Grosor del material de fricción

El primer y más fiable indicador es el grosor del recubrimiento de fricción de la pastilla. Las pastillas nuevas suelen tener entre 4 y 6 mm de grosor en su parte útil. Con el uso, este material se va desgastando, y cuando baja de 2 mm, es momento de cambiarlas. Algunas pastillas cuentan con una ranura o hendidura de desgaste: si esta desaparece o queda muy poco visible, indica que se ha alcanzado el límite de uso. También puedes ayudarte de una linterna para inspeccionar visualmente el grosor a través del hueco de la pinza. Si no puedes ver bien el estado o tienes dudas, es recomendable desmontarlas y medir directamente.

Ruido al frenar

Uno de los signos más evidentes del desgaste excesivo es el ruido metálico agudo o constante al frenar. Este chirrido puede deberse a que el recubrimiento de fricción ha desaparecido, y el soporte metálico de la pastilla está en contacto directo con el disco. En ese caso, el riesgo de dañar el disco es alto. Algunas pastillas también incorporan un pequeño avisador metálico que al rozar con el disco genera ese sonido para alertar al conductor antes de que el desgaste sea total. No ignores estos sonidos, ya que podrían derivar en una reparación mucho más costosa.

Menor capacidad de frenado

Cuando las pastillas están muy gastadas, notarás que la moto necesita más distancia para frenar o que tienes que aplicar más fuerza en la maneta o el pedal. La sensación puede ser de una frenada menos contundente, más progresiva de lo habitual o incluso de que algo “falla” al accionar el freno. Además, si notas que la maneta está más blanda o el recorrido del pedal ha cambiado, también puede indicar desgaste excesivo o problemas en el sistema de frenos (líquido degradado, aire en el circuito, fallos en la bomba de freno, etc.).

Vibraciones o tirones al frenar

Sentir vibraciones, sacudidas o tirones al accionar el freno puede ser señal de que las pastillas están cristalizadas (por sobrecalentamiento) o desgastadas de forma irregular. Esto afecta a la superficie de contacto con el disco y reduce la eficacia del frenado. La cristalización ocurre cuando las pastillas se han calentado más de lo normal (por frenadas intensas continuas) y se han endurecido, perdiendo adherencia y agarre. A veces, el disco también se ve afectado con marcas o irregularidades visibles.

Aviso visual en revisiones periódicas

Aunque no sientas ningún síntoma, es recomendable revisar las pastillas al menos cada 5.000 km o en cada cambio de aceite. Si llevas la moto al taller, pide al mecánico que revise el sistema de frenos y te indique el estado de las pastillas. En el taller de Honda Máquina nos encargamos de ello como parte de la revisión general de tu moto, y es una forma sencilla de evitar sorpresas desagradables. También es una buena idea que eches un vistazo tú mismo de vez en cuando, especialmente si haces rutas largas o conduces en condiciones exigentes (montaña, ciudad, lluvia…).

Cada cuántos km se cambian las pastillas de freno de la moto

En términos generales, las pastillas de freno suelen durar entre 10.000 y 30.000 kilómetros, dependiendo del tipo de moto, el estilo de conducción, el entorno y la calidad del componente. Por ejemplo:

  • En motos urbanas o scooters que frenan con frecuencia, pueden desgastarse más rápido, entre 10.000 y 15.000 km.
  • En motos de carretera o touring, pueden llegar a 20.000 o más, ya que los frenados son más suaves y espaciados.
  • Las motos deportivas o de uso intensivo pueden requerir cambios más frecuentes, especialmente si se usan en circuito o conducción agresiva.

No obstante, el kilometraje es solo una referencia. Lo más fiable es hacer revisiones visuales periódicas y prestar atención a ciertas señales, como indicábamos más arriba.

Cómo limpiar las pastillas de freno de la moto

Ahora que ya sabes cuánto duran las pastillas de freno de una moto y cuándo hay que cambiarlas, es aconsejable que prestes atención a otro aspecto importante para garantizar una frenada eficaz, segura y progresiva: la limpieza de las pastillas. Se trata de una tarea sencilla, pero debe hacerse con cuidado. Primero, desmonta la pinza de freno con la moto en frío y asegúrate de no dañar el disco. Retira las pastillas y, usando guantes, limpia la superficie de fricción con un limpiador de frenos en spray o alcohol isopropílico. No uses gasolina ni productos grasos. Con un cepillo de cerdas suaves o papel de lija muy fina (solo si están cristalizadas), elimina suciedad superficial o residuos. Asegúrate de no dañar los bordes ni los retenes. Limpia también la pinza y los pasadores. Una vez secas, vuelve a montar las pastillas correctamente. Esta limpieza ayuda a mantener un buen contacto con el disco y mejora la eficacia de la frenada.

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